jueves, 21 de noviembre de 2013

RELACIÓN ENTRE LA GEOGRAFÍA E HISTORIA

Cuando recordamos algunos pasajes de la Historia, tradicionalmente convenimos en la presencia de grandes personajes que gracias a sus cualidades se convirtieron en íconos de algún determinado período histórico. Es así como se recuerda a Faraones, Emperadores, Reyes y Reinas y a una gran cantidad de guerreros que libraron diversas batallas y conquistas a lo largo del mundo. Junto a los personajes que podríamos denominar como clásicos también se consideran a todos aquellos miembros de determinadas culturas claves en el desarrollo histórico mundial. De esta manera, podemos definir el tratamiento en el aula de un determinado período histórico mediante la síntesis entre algún personaje clave y el conglomerado de población que se atañe a su labor, es así como por ejemplo, al tratar contenidos propios de los últimos años del Imperio Romano de Occidente un esquema común consiste en señalar las características de los últimos Emperadores y líderes militares junto a los efectos de su gestión en el pueblo romano y los pueblos germánicos apostados en las cercanías del Limes. Podríamos continuar con  el tratamiento de dicho contenido analizando las consecuencias de dichas gestiones y agregar el legado, concepto clave en la enseñanza de la historia, de una amplia gama de filósofos, artistas, arquitectos y personajes que contribuyeron a dar forma y sentido a un grupo humano propiamente tal. 
Es así como se puede analizar un período histórico al establecer las diversas relaciones entre sus personajes principales y el legado que nos dejaron como civilización actual. Dicho análisis adquiere una mayor relevancia y sentido si al mismo se le agrega el componente geográfico propiamente tal. En base a lo anterior podríamos considerar que el componente geográfico va incluido dentro de la enseñanza de los contenidos si nos ayudamos de los diversos medios y recursos existentes, como mapas temáticos y globos terráqueos, entre otros. En una clase sobre los descubrimientos geográficos del siglo XVI, por ejemplo, puedo hacer uso de un mapa en donde se muestren las principales rutas navales pero ¿Estoy realmente enseñando un contenido geográfico con ello? ¿Puedo afirmar que incluyo a la Geografía en el proceso de enseñanza – aprendizaje tan sólo exhibiendo mapas de la época? ¿Cumplo con la enseñanza  geográfica tan sólo con señalar topónimos a diestra y siniestra? Estas y otras preguntas derivadas de una reflexión pedagógica debieran ser parte de nuestro ejercicio docente al considerar el valor real que le damos al componente geográfico durante nuestra labor diaria.
En una clase sobre los descubrimientos geográficos del siglo XVI, por ejemplo, puedo hacer uso de un mapa en donde se muestren las principales rutas navales pero ¿Estoy realmente enseñando un contenido geográfico con ello?
La Geografía como tal, ofrece múltiples potencialidades respecto a una efectiva comprensión del espacio tanto en la actualidad como en algún período histórico determinado. A través de procesos como el análisis cartográfico y el establecimiento de relaciones entre diversas civilizaciones con su medio circundante, entre otros, podremos generar en el aula un proceso de enseñanza – aprendizaje de gran valor si consideramos que tanto la Historia como la Geografía se desarrollan estrechamente ligadas, generando así un impacto tanto a nivel social como espacial. 
Tomando como base el primer ejemplo, ¿De qué me sirve hablar con pompa y boato acerca de las riquezas romanas si no considero el medio geográfico en el que se desarrolló la cultura romana propiamente tal? ¿Puedo obviar las grandes potencialidades en cuanto a recursos naturales que ofreció el Nuevo Mundo a los exploradores del siglo XVI? Es decir, en palabras generales ¿De qué manera como profesor, me puedo plantear la enseñanza de la Historia sin tratar contenidos plenamente Geográficos? La pregunta anterior hace mención a la relación existente entre Historia y Geografía que no podemos dejar de señalar. 
Debemos ser conscientes que los procesos históricos se llevan a cabo en un espacio determinado, y que dicho espacio, configura en gran manera el sentido de tal o cual proceso generándose así una relación recíproca. Siguiendo el ritmo propio del tiempo histórico, tanto procesos como espacios van cambiando constantemente mediante una estrecha relación, relación que no podemos dejar de lado cuando nos enfrentamos a la labor de enseñar didácticamente un contenido determinado frente a los estudiantes. Y es que en un sentido clave, son los estudiantes quienes deben lograr la comprensión de dicha relación mediante nuestra guía, de nosotros dependerá el cumplimiento del objetivo si disponemos de la voluntad para el uso de los variados medios y recursos didácticos que podemos utilizar en la actualidad.

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